Reflexiones efímeras para días inciertos: takemusuaiki
Las artes marciales se presentan hoy al público de formas muy diversas. La globalización -la misma que ahora nos mantiene encerrados- también ha permitido que, en apenas 50 años, métodos de lucha procedentes de Japón o China antes rodeados de un halo de misterio hoy los podamos encontrar en los barrios de cualquier ciudad frecuentemente despojados de todo resto de autenticidad.
Cada una se ofrece en diferentes facetas, algunas venden eficacia, otras inciden en la espiritualidad, en otros casos subyuga su boato o quien sabe si su parafernalia, el triunfo en la competición, y hasta las hay que son disciplinas olímpicas.
¿Y dónde estamos nosotros?
No tengo que pensar mucho para saber de que presume el Aikido, he contestado a esa pregunta en las clases y en cada folleto, página web o revista que ha salido de mi ordenador y desde hace tanto tiempo, que afortunadamente he tenido oportunidad de evolucionar en mi perspectiva.
En este punto os propongo ver una reciente exhibición de artes marciales en Japón, la mayoría enfocadas en el manejo de armas tradicionales. Las diferentes escuelas seducen y se suceden a gran velocidad, pero da tiempo a ver que muchas comparten con nosotros las armas que se manejan, en casi todas se porta hakama pero con una gran variedad de colores -y que decir de las variopintas formas de atar las cintas-, el gi tampoco nos es exclusivo, y ni siquiera las técnicas resultan ser de nuestra propiedad. Podemos identificar los objetos de nuestro desvelo (ikkyo, koshinage, etc.) ejecutados por estudiantes de otras artes pero, y eso contesta a mi pregunta, de una forma que seguro que nos resulta extraña y que a mi me parece, cómo decirlo… incompleta.
https://www.youtube.com/watch?v=Q5jVdipuTUc
https://www.youtube.com/watch?v=7IKtWsN7E1E
Nuestra naturaleza, nuestra esencia, está en la diferencia, y la diferencia no está en los aspectos exteriores del Aikido, las técnicas o el traje, lo que cualquiera puede ver, sino en lo que algunos podemos vivir, lo que creamos, lo que experimentamos. Resolvamos la ecuación, reflexionemos sobre qué es lo que les falta para ser Aikido, ese je ne sais quoi, difícil de describir, pero más aun de encontrar.
En el libro de referencia de esta serie de artículos hay un capítulo dedicado a la relación con las otras artes marciales que resuelve la duda: “El Aiki -y no el Aikido- es el origen de todas las artes marciales (…) no es exclusivo del Budo sino que concierne a todas las actividades humanas”.
Esa es nuestra esencia.
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